Probablemente la alegría que exhiben los detractores del
chavismo celebrando la muerte del comandante Hugo Chávez Frías se transformará
en llanto y crujir de dientes cuando comprueben que Chávez era más vulnerable
vivo que muerto. En un continente que todavía no está completamente
secularizado, que sacraliza a sus héroes y canoniza siguiendo su libre albedrío
a sus próceres, estás a veces mucho más vivo cuando mueres. Y si confrontarse
con el mundo de los espíritus y los muertos es complicado ya de por sí, lo es
más en la arena política, porque los muertos no pierden elecciones. Para
quienes desearon su muerte y fantaseaban con atentar contra Chávez, ahora todo
es más complicado, porque ninguna bala puede atravesar a los espíritus y ni
ninguna amenaza es efectiva contra un difunto.
Entender qué ocurre cuando un pueblo llora a su presidente
como se llora a un ser querido y
comprender qué rara devoción llevaba a
millones de venezolanos a rezar por la vida de su comandante en improvisados
altares sincréticos en las calles y en las casas es difícil desde un continente
como este, donde a los políticos se les denigra en vida, se les olvida 24 horas
después que dejan el gobierno, se les
desea la muerte en casos extremos, o se ruega a Dios para que se los lleve lo
suficientemente lejos como para que las hojas no les toquen el cuerpo cuando
caigan… como dice la canción de Silvio Rodríguez.
Si a los europeos les parece exagerado que Venezuela llore a
Chávez, a esos venezolanos que lloran –que no son todos tampoco-, les debe parecer igualmente incomprensible que
millones de proletarios españoles, portugueses y griegos desconozcan a quienes
les gobiernan desde un lugar llamado “Bruselas”, y que hayan votado a quienes
permiten que les desahucien, a quienes revocan todos los derechos que adquirieron,
y que financien con su miseria el sueldo de políticos que hasta se quejan de
que vivan tanto, porque es demasiado caro proveerles de una pensión de
jubilación. Les debe parecer exagerado a quienes lloran, que tengamos 700.000
viviendas vacías en España, y cruel, que muchas familias vivan a la intemperie
con esas puertas cerradas a cal y canto, y que los más desesperados se lancen por las
ventanas de sus casas antes que enfrentar una vida sin hogar y sin dignidad. Todo
esto a esos que lloran les debe parecer verdaderamente inexplicable…
Esos que lloran a Chávez tienen hoy la posibilidad de leer,
porque los que estuvieron antes les preferían analfabetos, tienen derecho a la
sanidad, porque quienes estuvieron antes les mantenían en un estado de pobreza
sanitaria histórica y crónica, tienen hoy viviendas sociales dignas y pueden
mandar a sus hijos a la escuela… Esos que lloran ahora pueden soñar… porque antes
vivían en una pesadilla, y creen que Chávez fue ese hombre imperfecto que
cambió sus vidas para bien y les dio la dignidad que los que estuvieron antes,
le negaron. La mayoría de esos que lloran son, sencillamente pobres… pobres que
ya estuvieron muertos, que conocieron la muerte en vida, la muerte simbólica, que es, la
negación de la vida y la privación de la dignidad humana.
Esos que lloran a Chávez saben que Chávez no morirá y lo que
menos les preocupa es que desde aquí se les mire con condescendencia, como
víctimas del populismo o del chavismo y que tertulianos que no saben si mañana mismo serán despedidos de sus medios sin finiquito diferido y simulado, pasando a
formar parte de ese ejército pacífico y
desarmado de 6 millones de desempleados, no comprendan por qué lloran, les critiquen y les llamen "exagerados"…
Muy pronto una imagen artística que evocará el rostro de Chávez
venderá tantas camisetas como la de otro comandante, el Che Guevara, que tampoco
ha muerto… y no me resultaría sorprendente que muy pronto Chávez –liberado del
cuerpo e inmune a las críticas y ataques de sus adversarios-, comience a realizar
milagros en los campos y ciudades de Venezuela y que se le aparezca a los
pobres y menesterosos a los que dedicó su vida…
Lo que sí podría parecerme muy raro, rarísimo, es que el próximo Papa admita estos milagros latinoamericanos y le canonice...
Querida Aida has estado hoy más antropólógica que nunca. Empecé a entender ese matiz cuando nos explicaste ese punto de adoración a los líderes políticos que existe en Latinoamérica un día que te comentaba lo pasmado que me quedé al ver todo el paripé que montó CFK en el traslado del cuerpo de Nestor al Mausoleo. Y aunque siempre he procurado apartarme de la adoración a mitos o líderes carismáticos lo entendí perfectamente.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Aida, sinceramente, esto es lo mejor que he leído del legado de Chávez, que son esos millones de personas que hoy tienen oportunidades y como dices, estaban muertos en vida, y comprendo que le lloren, por lo que ha supuesto para sus vidas...Una visión antropológica de la sociedad lationaméricana es desconocida para mi, mi primer contacto con la antropología lo he tenido aquí en Portugal, con el profesor brasileño Donizete Rodrigues, es una rama que me gustaría profundizar. Saludos
ResponderEliminarJuanvi, muchas gracias por tu comentario. Hemos tenido muchas conversaciones interesantes desde que nos conocimos en twitter y yo también he aprendido mucho de ti. La antropología me enseñó que el ser humano no es un ser caótico, errático, y que la búsqueda de sentido ha orientado nuestra evolución, nos ayudó a ponernos en pie, y nos pusimos de pie porque pensamos. La cultura y la historia explican los por qués. La ignorancia es la no-explicación, y muchas veces la falta de entendimiento es la ausencia de conocimiento. En la cultura latinoamericana y en la historia particular de cada nación está la posibilidad de hacer inteligible lo que puede parecer extraño o incomprensible a simple vista.
ResponderEliminarEs un honor tener lectores como tú y un privilegio tenerte como amigo.
Hola Esteban, espero que tu encuentro con la antropología sea el comienzo de una relación fructífera, apasionante y que te de tantas satisfacciones como me ha dado a mi. Me alegra saber que lo que escribí te interesó y te ayudó a comprender mejor lo que está pasando hoy en Venezuela. Tu comentario es un incentivo para seguir escribiendo y compartiendo mi perspectiva antropológica sobre la realidad. Saludos.
ResponderEliminarAída mejor explicado imposible, da gusto leerte. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Javier. Es un honor y un placer tener lectores como tú. Saludos.
ResponderEliminarToda la razon querida, chavez dejo la semilla en cada uno de sus seguidores, ya despertaron y jamas volveran a dormir en la misma quietud pasada, muy buen blog, :)
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